No nos gusta el cambio. De una manera general al ser humano no le gusta. Desde el momento en que nos hemos adaptado a una situación y lo estamos haciendo bien, no queremos que nada cambie, claro – a menos que sea para otra situación mucho mejor y que no tengamos que hacer sacrificios inmediatos.
El problema es cuando nuestro entorno cambia, cuando las circunstancias económicas cambian y, peor aún, cuando las tecnologías cambian, creando nuevos mercados y minando los mercados existentes. Como ya ha ocurrido muchas veces en la historia en todos los mercados. La llamada “destrucción creativa” destacada en la literatura por el genio Schumpeter, donde un nuevo orden se establece destruyendo el orden antiguo mediante la creación de nuevas industrias. Y nuevas relaciones económicas.
En ese mismo sentido tamos visto el sector gráfico sufrir cambios tecnológicos al largo del tiempo absorbiendo innovaciones que alteraran substancialmente la forma de producción de lo que es la razón de su existencia: el material impreso, la comunicación impresa. Del tipo móvil a linotipia, de la litografía al offset, a la flexografía, al huecograbado, serigrafía y otros. De la composición tipográfica al desktop publishing. Del análogo hacia el digital.
Hasta el venir de los medios electrónicos y su masificación. Eso sí un cambio disruptivo que viene gradualmente alterando toda la relación entre comunicación y medios. No reemplaza integralmente el medio impreso, pero añade nuevas e inmensas posibilidades. Destruye y construye cosa bellas, como diría el cantante, más allá de influenciar, cambiar e interferir en el negocio gráfico al crear productos sustitutos más eficaces en muchas circunstancias.
¿Esa disrupción tecnológica termina con la imprenta comercial? No de inmediato y no necesariamente pues por mucho tiempo el mensaje relevante, creíble y de más larga permanencia pide una impresión. El problema reside en la constricción de los mercados pues el impreso crece menos y la impresión es solamente uno de los medios de comunicación, lejos de los tiempos de oro en que su utilización esa casi una obligación.
En ese sentido disminuye el espacio de los que viven solamente de este medio. Incrementase la competición, comoditizase el producto y los márgenes bajan. Así como en varios otros mercados industriales una delas salidas es la incorporación de servicios a los productos para permitir diferenciación, ventaja competitiva y mejor utilidad.
Agregar servicios es algo vago y vasto, pero que se materializa en la construcción de ofertas de logística, de mercadeo, de comunicación, de proyectos de design, creación y muchos otros, incluso en la incorporación de los medios digitales para la construcción de facilidades y utilidades al cliente, como las ventas por Internet en sitios abiertos, el llamado web-to-print.
La incorporación de servicios es una tendencia universal de las industrias, incluso en los fabricantes de bienes pesados. Eses servicios pueden ser básicos, adicionales a los productos, tales como el mantenimiento y refracciones o, en el caso gráfico, la preparación de archivos o almacenamiento de materiales listos. Pueden ser intermedios en donde entran entrenamiento del uso de equipos o sitios de compras en el caso gráfico. Y pueden ser avanzados, en donde la participación del proveedor incluye en la intervención o mismo en la gestión de procesos de los clientes, tomándoselos para ellos y participando de los resultados. Como en el caso de proyectos de empaques, de sistemas complejos de just in time para entregas, de la gestión de contenido editorial de los clientes o mismo en la co-creación de productos para consumidores de los clientes tales como foto libros o materiales de decoración.
Tome nota: la gran transformación del negocio de la imprenta avanza por la incorporación de servicios, en especial aquellos que bajan costos de procesos de los clientes y los ayudan a mejorar sus negocios o mejorar sus comunicaciones, más allá de ampliar el mercado creando nuevos nichos y nuevas aplicaciones. Y la tecnología actual y en desarrollo facilita y permite la generación de más servicios a los clientes.
Muchas imprentas no quieren cambiar o no aceptan el proceso de cambio. Algunas por las razones descritas al inicio y que acomodadas a su nicho entienden que su negocio nunca se va acabar pues su facturación y sustento viene de allí. Otras porque no saben o no se sienten capaces de hacerlo. Añadir servicios es trabajoso y exige cambios. Muchos cambios que, muchas veces, ni siquiera generan materiales impresos. Increíble.
Por eso muchas imprentas que no cambiaran sus negocios cerraran sus puertas y otras las van a cerrar. Pero, con seguridad, eso no es su caso, ¿verdad?
Hamilton Terni Costa hterni@anconsulting.com.br es maestro, consultor internacional y diretor general de AN Consulting en Brasil. www.anconsulting.com.br
Fuente: outputlinkslatinamerica.com