Perú 
octubre 23, 2025

Perspectivas económicas Perú: análisis BBVA y OCDE

En las últimas semanas, el debate sobre la economía peruana se ha centrado en dos análisis recientes: el informe de BBVA Research, divulgado en septiembre, y el Estudio Económico de la OCDE: Perú 2025, publicado bajo embargo hasta el 29 de septiembre. Ambos coinciden en que el país mantiene fundamentos macroeconómicos sólidos, pero divergen significativamente en la valoración de los riesgos y en las proyecciones de crecimiento para los próximos años.

Mientras BBVA pinta un panorama de resiliencia y estabilidad, la OCDE advierte sobre limitaciones estructurales y la necesidad de reformas profundas para evitar un estancamiento prolongado.

BBVA Research: resiliencia y crecimiento sostenido

El informe de BBVA Research describe una economía que avanza con dinamismo moderado, proyectando un crecimiento del PIB de 3,1% en 2025 y 2026. Este desempeño se sustenta en varios factores clave:

  1. Demanda interna robusta: El gasto privado sigue siendo el principal motor de crecimiento, impulsado por la liberación de fondos previsionales y el aumento del consumo familiar.
  2. Recuperación del empleo formal: La creación de empleo asalariado contribuye a fortalecer la masa salarial y aumentar el poder adquisitivo de los hogares.
  3. Grandes proyectos de infraestructura: Inversiones en minería y transporte generan efecto multiplicador en el empleo y la inversión privada.

Desde el punto de vista fiscal, BBVA proyecta una reducción del déficit a 2,4% del PIB en 2025, manteniendo la deuda pública por debajo del 33,5% del producto, lo que consolida a Perú como uno de los países con posiciones fiscales más sólidas de la región.

El banco considera que la combinación de términos de intercambio favorables, superávit en cuentas externas y un tipo de cambio estable —cercano a S/3,55 por dólar al cierre de 2025— refuerza la capacidad del país para enfrentar choques externos y mantener la confianza de inversionistas y consumidores.

OCDE: advertencia sobre riesgos estructurales

La OCDE, por su parte, ofrece una lectura más sobria del panorama económico. Reconoce que Perú ha resistido choques internos y externos gracias a su baja deuda pública, inflación controlada y reservas internacionales elevadas. Sin embargo, advierte sobre problemas que limitan el potencial de crecimiento:

  • Deterioro de la disciplina fiscal: El déficit cerró en 3,5% del PIB en 2024, superando por segundo año consecutivo el límite legal, lo que afecta la credibilidad del marco macrofiscal.
  • Alta informalidad laboral: Más del 70% de la fuerza laboral opera en la informalidad, generando baja productividad y reducida recaudación.
  • Estancamiento de la productividad y gobernanza débil: La limitada capacidad de las instituciones y la corrupción reducen el margen para crecimiento sostenido.

La OCDE proyecta un crecimiento económico más moderado, estimando un 2,8% para 2025 y 2,6% para 2026, por debajo de las cifras previstas por BBVA (3,1%) y el BCRP (3,2%), y significativamente menor a la proyección optimista del Ministerio de Economía y Finanzas (3,5%).

Diferencias en el enfoque fiscal

Mientras BBVA confía en que los altos precios de los metales y la actividad privada dinámica permitirán aumentar los ingresos tributarios y reducir el déficit, la OCDE señala que el incumplimiento reiterado de la regla fiscal erosiona la credibilidad macroeconómica.

El organismo multilateral propone una consolidación gradual y firme, que incluya:

  1. Reducción del gasto corriente.
  2. Eliminación de subsidios ineficientes.
  3. Reforma tributaria que amplíe la base impositiva y mejore la fiscalización.

El Consejo Fiscal y exministros como Pedro Francke y Luis Miguel Castilla han cuestionado el Marco Macroeconómico Multianual 2026-2029, calificándolo de irreal al sobrestimar ingresos y plantear recortes de gasto difíciles de cumplir. Este desajuste podría conducir a cuatro años consecutivos de incumplimiento fiscal, debilitando la confianza en las reglas establecidas.

Informalidad y debilidades estructurales

En el plano estructural, BBVA se enfoca en los aspectos positivos: altos términos de intercambio, superávit en cuentas externas y estabilidad cambiaria. La OCDE, en cambio, resalta las debilidades de largo plazo:

  • Informalidad laboral: 70% de la fuerza laboral.
  • Baja presión tributaria: 17% del PIB frente al 34% promedio de la OCDE.
  • Corrupción: costo estimado del 2,4% del PIB anual.
  • Ineficiencias en el gasto público: márgenes cercanos al 40%.

Según la OCDE, la informalidad no es voluntaria, sino estructural: la economía peruana no genera suficiente empleo formal para absorber a la población activa, lo que limita la productividad, la recaudación y el desarrollo del capital humano.

Para enfrentar esta situación, el organismo propone una estrategia integral que combine simplificación regulatoria, reducción de costos no salariales, mayor fiscalización y mejoras en educación técnica y programas sociales como “Juntos”.

Incertidumbre política y riesgos de inversión

BBVA reconoce que la cercanía de las elecciones generales de 2026 genera incertidumbre y puede frenar la inversión, aunque su escenario base asume una calma política relativa. La OCDE, más crítica, advierte que la inestabilidad institucional, la inseguridad ciudadana y la débil gobernanza amenazan no solo la inversión de corto plazo, sino también la sostenibilidad de las reformas necesarias para un crecimiento sólido.

Ambos diagnósticos coinciden en que Perú conserva una posición macroeconómica más robusta que sus pares regionales, pero difieren en la lectura del horizonte:

BBVA enfatiza la resiliencia de corto plazo y el potencial de los proyectos de inversión.

OCDE alerta que, sin reformas fiscales, laborales e institucionales profundas, el país podría quedar atrapado en un crecimiento mediocre, insuficiente para mejorar de manera sostenida el nivel de vida.

Conclusión: consenso parcial y acción urgente

La comparación entre BBVA y OCDE muestra que Perú tiene bases sólidas, pero enfrenta desafíos estructurales significativos. La resiliencia económica, reflejada en el crecimiento del PIB y estabilidad fiscal, convive con la informalidad, baja productividad, corrupción y debilidades institucionales, que limitan el potencial de desarrollo.

Para garantizar un crecimiento inclusivo y sostenido, el país requiere:

Reformas fiscales claras y sostenibles que reduzcan el déficit y amplíen la base tributaria.

Medidas estructurales en empleo y productividad, incluyendo reducción de informalidad y capacitación laboral.

Fortalecimiento institucional y de gobernanza, con control de corrupción y eficiencia en el gasto público.

Impulso a la inversión privada y proyectos de infraestructura, para aprovechar la resiliencia macroeconómica actual.

En síntesis, el debate entre BBVA y OCDE refleja un equilibrio entre optimismo moderado y advertencias estructurales. Mientras BBVA proyecta un Perú capaz de sostener su crecimiento a corto plazo, la OCDE subraya la necesidad urgente de reformas profundas para asegurar que dicho crecimiento sea duradero, inclusivo y capaz de elevar el nivel de vida de la población.

 

Fuente: Perspectivas económicas Perú: análisis BBVA y OCDE

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