Al igual que muchas industrias, el mercado de la impresión textil ha ido adoptando nuevas tecnologías innovadoras con el objetivo de atender a una nueva generación de consumidores y marcas, y al conjunto de la cadena de suministro. Esta industria masiva —con una cifra de negocio anual de más de un billón y medio de dólares solo en el sector de la ropa y los accesorios— se encuentra en proceso de transformación.

Las marcas deben adaptarse para atraer a una nueva generación de consumidores que compran tanto en tiendas físicas como en tiendas online. Y, puesto que la era digital es una realidad económica, tanto las marcas como las fábricas textiles deben amoldarse a ella. Muchos de estos cambios han evolucionado en la última década a medida que surgían las primeras soluciones textiles digitales de producción de alta velocidad (1). Ha habido cambios impactantes en varias áreas clave.

Uno de los aspectos de la impresión textil que más ha mejorado es la capacidad de producir just-in-time cualquier longitud de telas o prendas. Sin tener que preparar un cilindro o una pantalla, y con la llegada de sofisticadas herramientas de automatización del flujo de trabajo, las fábricas textiles ahora pueden producir cualquier diseño a gran velocidad, respondiendo de este modo a las necesidades de los diseñadores y las marcas que tratan de afrontar los rápidos cambios en la industria de la moda. Además, las innovaciones en ajuste de colores y diseño están acelerando el proceso creativo, reduciendo el tiempo de creación de meses a semanas e incluso a solo días.

En el espacio textil, las mejoras en la productividad y la simplificación de los diseños también se han traducido en una mayor creatividad. Con la posibilidad de producir tiradas de un solo artículo, es posible apostar por nuevos diseñadores sin los riesgos asociados a la producción masiva. Muchas marcas están dando la posibilidad de que los diseñadores en ciernes entren en la refriega y compitan por captar atención y reconocimiento. Hoy en día es común pedir un cuarto de metro de tela a una fábrica textil tradicional o a una nueva generación de fabricantes especializados en personalización masiva a demanda.

Por último, la sostenibilidad medioambiental (2) sigue ocupando un lugar destacado en la responsabilidad de los proveedores de servicios. Los estudios han demostrado una y otra vez que las generaciones más jóvenes —en particular, la Generación Z— dan prioridad a la sostenibilidad cuando van a elegir un producto. En muchos casos, este grupo de edad está dispuesto a pagar más por productos creados de forma sostenible. Para la industria textil, esto supone un cambio. Durante generaciones, se ha considerado a los fabricantes textiles como grandes contaminadores, responsables del 20% de las aguas residuales que se producen a escala mundial.

Ahora que hemos esbozado a grandes rasgos la transformación textil y los factores que la impulsan, podemos discutir más a fondo cómo está cambiando el mercado textil a medida que el volumen de impresión de la impresión digital textil sigue creciendo a una tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) del 19%. En 2022 supondrá en torno a 4.000 millones de metros cuadrados de tela. Las tendencias de productividad y creatividad obligan a las empresas a adoptar programas de producción más flexibles que den prioridad a la diversidad de productos; por tanto, es lógico que aparezcan mejoras en la cadena de suministro.

Cuando las marcas planean su próxima temporada, suelen emplear un sistema de gestión del ciclo de vida de productos (PLM). Estas herramientas agregan todos los componentes necesarios para que la nueva temporada sea un éxito. Desde la gestión de recursos (ERP), los componentes de diseño, la colección y los conjuntos, hasta los patrones y la fotografía de los productos, estas plataformas colaborativas se aplican en todas las funciones y procesos que intervienen en la creación de los productos de la nueva temporada: un esfuerzo coordinado tanto de marcas, diseñadores, fábricas textiles y operaciones de corte y confección como de la logística que lleva los productos a los estantes o los envía en paquetes.

Si bien la fabricación just-in-time (JIT) es un término que, técnicamente, existe desde la década de los sesenta, su aplicabilidad ha aumentado en las últimas décadas. La fabricación JIT permite a los nuevos negocios comercializar sus líneas de productos en cuestión de días o semanas, en vez de en meses. Para las organizaciones más grandes, puede suponer una respuesta rápida a las necesidades de la industria de la moda para dar respuesta a la demanda de productos de temporada. Las variaciones estacionales pueden reflejarse en los estantes en el momento justo, con lo que las empresas textiles ganan en capacidad para complacer a sus clientes.

El cambio hacia la impresión digital también puede suponer una mejor planificación del inventario, lo que se traduce en un menor exceso de existencias y necesidades de almacenamiento más reducidas. A medida que los proveedores de servicios textiles se alejan de las tiradas más largas y pasan a una producción más corta, variada y dirigida, pueden ajustar mejor los productos a las necesidades del cliente. Ahora, la ropa se puede fabricar en función de las necesidades, en vez de en grandes cantidades, lo que permite a las empresas gastar menos en un inventario que puede ser que no se venda. Estas posibilidades han dado paso a un nuevo tipo de proveedores textiles: los fabricantes bajo demanda. Estas empresas utilizan un modelo de negocio de fabricación activada por compra, por el que la producción solo se inicia una vez que el pedido se recibe y se paga por adelantado. No hay productos acabados en el almacén, solo materias primas en bruto.

La cadena de suministro se ha acortado gracias al empleo de tecnología de impresión innovadora y avances continuos en el flujo de trabajo. Por ello, en los últimos años han aparecido nuevos actores que emplean sencillas herramientas online con las que es fácil empezar a comercializar ropa personalizada. Estos actores son consecuencia del uso creciente del comercio electrónico en la industria de la ropa en general, que en 2023 generará unos ingresos estimados hasta 145.000 millones de dólares, según el análisis del mercado digital Statista 2018.

Hay varios proveedores que son la encarnación perfecta de esta tendencia que, por un lado, apunta a la personalización para una comunidad de personas con mentalidades parecidas y, por otro y a mayor escala, busca dar respuesta a las necesidades de las masas con una diversidad de productos personalizados.

Spoonflower tiene operaciones en Estados Unidos (Carolina del Norte) y Europa (Berlín), y lleva muchos años dando respuesta a necesidades de los mercados de creativos y aficionados. La empresa ha creado una comunidad de diseñadores de patrones que están vinculados a los clientes a través de la polifacética plataforma de la empresa. Pueden personalizar telas, empapelados y papel de regalo en el sitio de Spoonflower, o bien modificar elementos decorativos del hogar en el sitio de Roostery.

La empresa emplea tecnología de impresión digital con algodón y materiales sintéticos que no requieren un uso extensivo de agua para su procesamiento. Principalmente, las tintas de pigmentos para el algodón y técnicas de sublimación para los sintéticos. La clave del éxito de Spoonflower es su I+D continua, que busca las últimas soluciones de impresión y flujo de trabajo. La empresa también prioriza el mantenimiento y la mejora de su infraestructura informática, que permite procesar cientos de miles de trabajos al año —desde pequeños cuadrados de 8×8 pulgadas hasta encargos de varios metros—, siempre atendiendo a las necesidades del cliente. En el mundo de la personalización masiva, la fabricación activada por compra requiere una gran atención a la gestión de la tienda y el seguimiento de la producción para garantizar una salida sin defectos y limitar el margen de error.

Otra nueva y potente herramienta es Amazon Merch. Amazon, uno de los mayores minoristas online del mundo, se dio cuenta del potencial de la impresión digital hace muchos años, cuando empezó a imprimir libros bajo demanda. Hoy en día, Amazon invierte en empresas como Kornit, que es precisamente su proveedor de impresoras Direct to Garment (directas a la prenda) que hacen posibles las operaciones de ‘impresión activada por compra’ de Amazon Merch. Sin inventario. Sin riesgo de inventarios que no se venden.

Amazon ofrece su infraestructura de front-end a los emprendedores con diseños e ideas, y luego proporciona la capacidad de beneficiarse de la infraestructura de back-end de Amazon para llevar esas ideas a la práctica. Sus servicios apoyan tanto a diseñadores independientes como a marcas a gran escala tales como Disney y Marvel.

Los usuarios de Amazon Merch también pueden disfrutar de las ventajas del envío Prime: uno de los principales servicios de envío en Estados Unidos, ya que dispone de servicios de envío gratuitos en dos días (en incluso en uno). Como contrapartida, los vendedores de Amazon Merch tienen que dividir sus ganancias con Amazon y solo ganan un royalty por cada venta.

Por último, un ejemplo de un fabricante textil tradicional por cuyas venas corre la innovación: el grupo Miroglio, de Italia. Esta empresa dispone de varias instalaciones industriales y opera en 22 países, proporcionando materiales, así como marcas de moda con integración vertical. La empresa utiliza la impresión por chorro de tinta single-pass desde que se creó en 2011, y también ha sido pionera en la protección del medio ambiente y la innovación en el diseño. En 2015, el grupo Miroglio creó The Color Soup como un portal online para que cualquier persona con un navegador y acceso a Internet pueda crear y pedir telas de moda de alta gama.

Es evidente que muchas de estas soluciones innovadoras no serían posibles sin una innovación incesante en las tecnologías de impresión y la ciencia de materiales. De hecho, esta última es la que se encarga de poner a punto los distintos tipos de tintas necesarios para obtener resultados óptimos con distintos tejidos. Desde los tintes reactivos utilizados para las fibras naturales hasta las tintas de sublimación de alta y baja energía, pasando por las tintas especiales para impresión sobre seda y nailon (ácido), hasta las nuevas generaciones de tintas de pigmentos capaces de imprimir sobre la mayoría de los tejidos sin un uso intensivo de agua —como ocurre con algunas tintas textiles—, ha abierto todo un mundo de libertad en cuanto a diseños y colores. La impresión digital ha evolucionado desde principios de los años ochenta, cuando se utilizaba solo para las pruebas, hasta hoy en día, con rapidísimas single-pass que alcanzan velocidades de hasta 90 metros por minuto. Con los sistemas de transporte específicos para textiles, hemos visto que el efecto de las mejoras en la fiabilidad de los cabezales de impresión y la reducción de costes ha hecho posibles sistemas de producción de entre 1,8 y 3,2 metros, e incluso más.

Según la previsión anual de textiles digitales de Keypoint Intelligence para 2017-2022 (3), en 2022 se instalarán unos 12.000 dispositivos de impresión digital para producir telas industriales, para ropa y para decoración. Esto impulsará un efecto acumulativo del volumen de impresión, alcanzando unos 4.000 millones de metros cuadrados de telas impresas.

Hay varios grupos de productos en la industria de la impresión de telas, como la tecnología de cabezales de escaneo, los sistemas single-pass y los sistemas híbridos. Los sistemas más comunes son los cabezales de escaneo, que no son muy distintos de los que se usan en los segmentos gráficos de rótulos y expositores. Sin embargo, en la industria textil han alcanzado nuevas cotas. En algunos casos disponen de hasta 12 canales de color y más de 64 cabezales de impresión, con rendimientos de miles de metros cuadrados por hora. Muchos de ellos también utilizan una cinta adhesiva que permite el transporte uniforme de la tela a través de la impresora.

El single-pass, como su nombre indica, fija todos los colores en una sola pasada. Desde su introducción en 2011 a cargo de la italiana MS Printing, que ahora forma parte de Dover Corp., el single-pass ha abierto un nuevo segmento de impresión de alta velocidad. Después de su introducción, varios proveedores continuaron desarrollando esta tecnología y hoy en día es posible imprimir más de 90 metros lineales por minuto (4). Los fabricantes de estos sistemas no dejan de trabajar en configuraciones de sistemas con múltiples tintas, control de calidad en línea y otros aspectos de la industria 4.0.

Por último, están los sistemas híbridos, que combinan los sistemas analógicos y digitales. Estos sistemas se introdujeron inicialmente en China (5) y son capaces de emplear la impresión serigráfica rotativa analógica en sincronía con el motor digital single-pass para explotar los beneficios de ambas tecnologías. Últimamente también hemos visto marcos analógicos de pantalla plana en línea con una impresora de cabezal de escaneo que suponen una estrecha integración entre lo último en inyección de tinta y los procesos analógicos clásicos.

No obstante, el principal obstáculo que aún tienen que vencer muchas empresas son las últimas fases del proceso, es decir: convertir las telas en prendas. El corte, la confección y el adorno de las prendas terminadas sigue siendo un trabajo laborioso que principalmente se realiza en mercados que ofrecen mano de obra cualificada con salarios bajos, como el sudeste asiático, China y América Latina. Este flujo de trabajo requiere una cierta proximidad entre las fábricas textiles y las operaciones de confección.

Dado que la automatización invade a la mano de obra de todo el mundo, la industria textil experimentará sin duda alguna su propia evolución. Sin embargo, es un largo proceso, cuando gobiernos como el de EE UU (a través de su Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa [Darpa]) financian proyectos destinados a automatizar el progreso de la confección utilizando una línea de montaje de confección de varias etapas con sensores y máquinas de coser inteligentes. Estos sistemas, aunque con más pasos, pueden dejar rezagadas las capacidades de producción humana debido a su capacidad para funcionar sin descanso. Para unir los componentes que forman las prendas, los futuros hilos utilizados para coser se pueden teñir digitalmente sobre la marcha utilizando la tecnología digital de empresas tales como Twine (Israel), que trabaja en la producción con el fabricante de prendas Delta Galil, realizando bajo demanda el teñido digital de hilos.

Tras varias décadas de desarrollo, la impresión digital de textiles está haciendo perceptible su impacto en el volumen de producción de tejidos con un 6% de participación y creciendo a un ritmo de dos dígitos. Al igual que muchos otros segmentos del sector de impresión, este segmento industrial forma parte de una cadena de suministro en expansión con muchas facetas en lo tocante a suministro de materias primas, marcas, diseñadores, productores, corte y confección o servicios logísticos. Garantizar que el impacto ambiental se reduzca al mínimo y entregar productos personalizados son tendencias que están afectando a esta industria masiva.

La tecnología de impresión digital está siendo adoptada tanto por fabricantes consolidados como por empresas emprendedoras que utilizan infraestructura IoT para iniciar una labor de personalización masiva adaptada a la demanda. Las principales marcas están tomando nota y buscando soluciones que les permitan alcanzar objetivos de negocio clave, como crear productos con una alta calidad consistente, reducir residuos e inventario y satisfacer la demanda del cliente en materia de personalización e innovación de diseños.

Muchas de las lecciones aprendidas en la industria de las artes gráficas con respecto a la consistencia de la producción y la automatización del flujo de trabajo las están adaptando ahora los proveedores de equipos de impresión textil, para incorporarlas a sus tecnologías. Dicho esto, para generar un impacto significativo, la impresión digital necesitará ir más allá de la impresión de tiradas cortas de calidad. A medida que los proveedores integren diseños en 2D y 3D que puedan imprimirse directamente en los patrones de las prendas, veremos cómo se nota la automatización en las plataformas de fabricación vertical de corte, confección e integración. Esto permitirá que surjan microfábricas a escala local para producir con puntualidad productos para clientes, sin necesidad de externalización. Cuando esto ocurra, es probable que se produzca una realineación de las cadenas de suministro masivas, que tardará un tiempo en materializarse por completo.

Fuente: La impresión digital como motor de innovación en la impresión textil