Aunque tiene más de 15 años, este código regresa recargado para ayudar a mejorar las transacciones, el pago de productos, el mercadeo y el acceso a información.
El mundo echa mano de una vieja tecnología: el código QR, ese cuadrado con garabatos que muchos no usan ni saben para qué sirve. Hace unos años WhatsApp lo adoptó y, más recientemente, Instagram, con lo que estas compañías pretenden darles a sus clientes la posibilidad de escanear ese código para usar la aplicación en otras plataformas sin necesidad de descargarlas. Hoy casi todas las redes sociales lo tienen y así el regreso oficial de una vieja solución tecnológica ha vuelto a ser noticia. Lo llaman viejo porque en tecnología todo lo que tenga más de cinco años ya es obsoleto, y el QR, que nació en 1994, es para muchos un dinosaurio digital.
Lo desarrolló la empresa Denso Wave Inc., una subsidiaria de Toyota, en Japón, para ayudar a los ensambladores a identificar y trazar las partes de un producto. El programa simplemente creaba un código gráfico que, detectado por un lector especial, daba muchos más datos sobre la pieza. Lo bautizaron Quick Response, que abreviado se convierte en el familiar QR que todos conocen. A diferencia de un código de barras, este guardaba información en dos direcciones, horizontal y vertical. El QR, por lo tanto, está hecho en dos dimensiones. Con el tiempo se usó para muchas más cosas y en muchos otros negocios: abrir una página web, para dar información de un producto o visualizar una invitación. Pero para muchos nunca logró ser indispensable para los usuarios y eso hizo que no se volviera un elemento tan popular como otros desarrollos tecnológicos. Siempre estuvo presente pero prácticamente de bajo perfil.
Pero hoy hace un regreso triunfal, pues muchas marcas están usándolo para conectarse con sus clientes y profundizar de manera estratégica la relación que tiene con ellos. Mucho de esto tiene que ver con la emergencia sanitaria propiciada por el coronavirus. Como las autoridades de salud han dicho que lo ideal es evitar al máximo contacto con objetos, algunos restaurantes que ya han abierto en Estados Unidos y Europa están usando los códigos QR para la lectura de la carta, que es una fuente de bacterias, pues pasa de mano en mano. De esta forma, cada comensal pone su celular frente al código y consulta el menú sin tener que mover un dedo. Además, un código de estos puede leer 7.000 caracteres y hacerlo 10 veces más rápido que otros.
Según los expertos, el QR es de fácil generación, pues el mismo símbolo puede servir aunque el contenido cambie o se altere; y también es de fácil uso, y ambas cualidades lo han vuelto un elemento importante en los negocios de 2020. La ventaja es que las personas no tienen que ir a ningún sitio web ni hacer clic en vínculos. El código, además, se ha simplificado, porque solo requiere que la persona abra la cámara y enfoque el QR. No se necesita una aplicación aparte para leerlos. Esto hace que sean prácticamente nativos en todos los teléfonos inteligentes, y que casi todo el mundo con una cámara en su móvil los pueda usar. Incluso los teléfonos Android lo tienen como una de sus características esenciales. Pero eso sí, para acceder al contenido que guarda este cuadrado mágico se necesita de una conexión a internet, ya sea a través de un proveedor o por wifi.
Un QR también puede ser usado como link a un sitio web, a videos o a un manual de instrucciones. En China y otros países asiáticos es la forma como la gente paga a través de aplicaciones como WeChat. En muchos países del mundo, incluido Colombia, el escaneo de códigos QR se ha triplicado porque muchos monederos digitales hacen sus pagos de esta forma, lo que convierte esa experiencia en un asunto muy fácil. Y, según un sondeo hecho por Harris Poll y patrocinado por Digimarc, desde 2015 los clientes quieren que los empaques de sus productos tengan más información y ofertas que los ayuden a mejorar su mercadeo y su branding. Las tiendas emblemáticas de Nike, por ejemplo, los tienen en todo el lugar para hacer la experiencia de sus clientes mucho más placentera. En algunas, los maniquíes tienen su propio código QR y al escanearlos un vendedor llegará con los productos para que el cliente se los pruebe en el color y la talla deseada. En ese tipo los QR se han vuelto imbatibles.
Las posibilidades del QR no terminan con la compra. En los empaques de muchos productos el vendedor ha dispuesto de más información. Por ejemplo, en el campo de alimentos, muchos hoy incluyen en el empaque el código para ofrecer más información al consumidor acerca del producto que compró. Además, hoy se pueden hacer en diseños novedosos y coloridos, lo que significa una gran distancia del aburrido código en blanco y negro.
Por todas estas razones, los expertos creen que esta vez el código QR llegó para quedarse, pues está demostrando que puede llegar a ser clave para que el proceso de mercadeo sea mucho más eficiente y fácil.
Las nuevas versiones.
Los llamados NFC (por su sigla en inglés: Near Field Communication) comunican los dispositivos mediante tecnologías inalámbricas con solo acercarlos. Hoy se usan mucho para pagos en línea. También está la tecnología Beacon, que funciona de manera muy similar, pues en el momento en que la persona está en el rango del beacon o faro recibirá notificaciones.Por último, hay que destacar la llamada geofencing, una aplicación que envía mensajes a los usuarios cuando están cerca de las tiendas que tienen habilitada esta posibilidad. Marcas como Burger King y Sephora las utilizan en el mundo para ofrecer promociones e invitar a los clientes a darse un paseo por sus tiendas.
Fuente: www.america-retail.com