El trabajo de un diseñador gráfico es muy bello, tremendamente enriquecedor y motivador. Sin embargo es un tipo de trabajo que cuenta con ciertas debilidades, puntos débiles que nos afectan y que pueden derivar en una mala praxis, en una experiencia negativa y en un modus operandi que juegue en nuestra contra hasta el punto de hacernos aborrecer esta profesión. Por eso me gustaría compartir con vosotros una pequeña iniciativa que ha llevado la web Basekit para reivindicar de alguna manera los derechos fundamentales que un diseñador gráfico debe exigir ante cualquier trabajo o proyecto.
En total son diez derechos y cada uno de ellos tiene su razón de ser, su lógica. Ser diseñador gráfico nunca debería ser sinónimo de explotación, desvalorización o falta de rigor. Sobre todo para aquellos nuevos diseñadores que están acabando sus estudios o lanzándose al mercado laboral por primera vez, este listado es muy útil.
Aquí encontrarás de una forma muy concisa qué tipo de cosas mereces y te corresponden por el simple hecho de ser un diseñador gráfico, por dedicarte al mundo de la imagen y por prestar un trabajo útil, valioso y de calidad. Procura no ceder demasiado en este tipo de puntos y no olvides que aceptando trabajos y condiciones abusivas no sólo te perjudicas a ti mismo, sino que nos perjudicas a todos los demás. Es un hecho que si todos los nuevos diseñadores que salen al mundo laboral cobran un logotipo por 20 euros (no sería tan extraño), irremediablemente se acabará desvalorizando el precio de los logotipos y afectará de lleno a todo el sector. Simplemente se trata de valorar lo que hacemos, cuidarlo y defenderlo con dignidad.
En nuestro centro de estudios practicamos con marcas tanto ficticias como reales y siempre se nos presenta un briefing con la suficiente información para poder crear una estrategia de diseño adecuada y certera para la empresa en cuestión. Es importante que contemos con una información mínima de la empresa, la identidad de la misma, los valores, lo que busca y qué pretende ser con la mayor concisión que sea posible. Sin embargo cuando abandonamos las aulas esto se convierte en todo un lujo y en algo que no es para nada habitual, sobre todo si no trabajamos para grandes empresas (que es lo más habitual).
En la mayoría de los casos (sobre todo al comienzo de nuestra trayectoria) nos encontraremos con un cliente que ha montado un negocio de pequeñas dimensiones y recurre a nosotros diciéndonos que necesita un logotipo y unas tarjetas de visita. Desgraciadamente éste va a ser el único briefing con el que cuentes, quizá con un poco de suerte él te hable un poco del negocio pero sin entrar en detalles lo que te obligará a confeccionar tú mismo el briefing con una carencia de información enorme que se reflejará en tu trabajo final. Es un problema muy común en el diseñador gráfico actual y que debe ser corregido. El cliente debe saber qué necesidades tenemos, qué es un briefing. Debe concienciarse y de alguna manera debemos educarlo.
Esto es un punto muy importante. En el momento en que desarrolles tu presupuesto, debes pedir SIEMPRE un tanto por ciento por adelantado. Necesitamos una especie de garantía un pacto sellado con un adelanto junto con un contrato firmado es la mayor garantía con la que podemos contar. Vas a emplear tiempo, esfuerzo y dedicación en tu proyecto, por lo que deberás tener mucho cuidado. Aunque no es lo habitual, sí que pueden darse malentendidos bastante desagradables y totalmente innecesarios.
Desde el momento en que firmamos un proyecto hasta que recibimos el material de trabajo o los documentos pertinentes, puede pasar más tiempo del razonable. Conozco casos en los que se ha hecho llegar el material de trabajo dos días antes de la fecha de entrega y esto debe evitarse. De esta manera obtenemos un trabajo forzado y donde impera el estrés, algo que en ningún caso repercutirá positivamente en el trabajo final.
Este tema puede resultar bastante problemático sobre todo para los trabajadores freelance. Para calcular el precio que deberás establecer por hora puedes recurrir a herramientas muy útiles en la red como por ejemplo Cuanto Cobrar, Calculadora Freelance o Calkulator.
Puede darse en algunas ocasiones así que hay que andarse con pies de plomo. Procura establecer esta condición en una de las cláusulas del contrato. En cualquier caso tú has ofrecido un servicio y has desempeñado un trabajo que debe ser valorado. Que el proyecto haya sido cancelado finalmente es algo que no te incumbe a ti directamente.
Es menos frecuente aunque también puede darse. Un proyecto determinado puede requerir desplazamientos y gastos adicionales que lógicamente no deben correr a tu cargo.
No resultará raro que el cliente sea bastante exigente y no quede satisfecho fácilmente, esto dentro de lo que cabe es algo bueno pero hay unos límites que no se deben traspasar. Hacer modificaciones, cambios y revisiones es tiempo de trabajo por lo que debemos aprender a dosificar. Si no ponemos un límite en este tipo de cosas al final indirectamente volvemos a desvalorizar nuestro trabajo.
Uno de los puntos más importantes en el desempeño de nuestro empleo es el feedback entre nuestro cliente y nosotros. Será importante que contemos con reuniones donde tengamos oportunidad de intercambiar información. Debemos ofrecer consejos al cliente que se adapten a su situación y sus necesidades y también debemos crear un ambiente de confianza en donde él pueda expresarse con la mayor precisión que le sea posible. Estas reuniones (dependiendo de cómo sean y durante cuánto tiempo) deberán suponer complementos en el presupuesto final. Al fin y al cabo se trata de tiempo que estamos dedicando a un proyecto.
Antes de firmar un proyecto deberemos establecer las condiciones en que el contrato estará vigente y las condiciones en las que no lo estará. Esto es básico.
Fuente: http://bit.ly/1boa9kg